Hoy os traigo uno de los productos que utilizo para la "ducha lenta" que me dedico una vez a la semana (generalmente los sábados, si no tengo guardia). El fin último va más allá de la higiene diaria, pues supone una puesta a punto semanal en la que además de utilizar productos que necesitan más tiempo, llevo a cabo una exfoliación de todo el cuerpo e hidratación más intensiva de lo habitual, mientras me permito unos minutos de relajación.
(Cojo prestada esta foto tan maravillosa de la web de Lush, ya que es muy ilustrativa del producto y sus componentes)
El producto del que os voy a hablar hoy forma parte de algunas de estas duchas, pues se trata de un gel en formato gelatina, que hace que usarlo sea muy divertido, pero también requiera más tiempo. Se llama "Dulce placer" y es una gelatina de ducha de Lush. La mía en concreto se llama "Sweetie pie" porque la compré a la web portuguesa de Lush y en ella mantienen los nombres originales en inglés.
La gelatina en cuestión es de color morado oscuro, y entre sus ingredientes se encuentran: glicerina, infusión de cereza agria, infusión de coco, aceite de bergamota, extracto de grosellas negras y limoneno. Por este motivo, huele a frutas del bosque (yo no sabría distinguir por el olor que son cerezas y grosellas) con un fondo muy dulce, como si de una tarta de frutas del bosque se tratase. Su olor es tan intenso que invade todo el baño desde que desenroscas el bote, por lo que no os lo recomiendo si preferís los olores neutros.
Su consistencia es tal cual de gelatina, igual que la comestible, de modo que al frotarla por el cuerpo se escurre de las manos, pero tiene la ventaja de que es tan suave que su aplicación es una auténtica delicia.
Además, contiene brillantina iridiscente y purpurina de varios colores, lo cual lo convierte en un producto aún más peculiar. A simple vista se aprecian motas de purpurina azul y plateada, pero podéis usarla con tranquilidad porque luego no quedan en la piel del cuerpo, así que no iréis brillando como si un hada os echara polvo mágico encima.
Como siempre, los productos de Lush incluyen una pegatina redonda en la que nos indican su fecha de fabricación y su fecha de caducidad. En este caso, el periodo de duración óptima de las gelatinas de ducha son 14 meses. Los productos de esta marca, al estar fabricados con sustancias naturales de origen vegetal y con los mínimos conservantes posibles, suelen tener una vida muy corta, pero 14 meses me parece tiempo más que suficiente para acabarlo (aún teniendo en cuenta que no lo uso a diario).
¿Cómo se usa? Puede conservarse en el congelador, en la nevera o incluso en la ducha, de modo que se puede utilizar congelada, fría o a temperatura ambiente frotándola por todo el cuerpo (e incluso pelo, aunque yo no la he probado para este fin en ninguna ocasión) para crear espuma, aclarándola con agua a continuación. Tengo que reconocer que no hace mucha espuma y éste es el único defecto que le encuentro, pero supongo que se debe a que contiene los mínimos productos artificiales posibles. Yo siempre la he usado a temperatura ambiente, pero no descarto meterla en el congelador para la próxima vez.
Viene en un tarro de plástico transparente con rosca y hay 2 tamaños distintos. El de 100g cuesta 4.75€ y el de 240g, 9.50€. No sé si sabéis que Lush tiene un programa de reciclaje de envases por el cual al entregar 5 frascos o tubos negros o transparentes vacíos y limpios (no se incluyen en la promoción las botellas transparentes) os regalan una mascarilla fresca en viestra próxima compra. El frasco en el que viene "Sweetie pie" cuenta como uno de ellos. Lo podréis en cualquier tienda física u online de Lush.
¿Qué os ha parecido? ¿Lo conocíais? El que yo tengo es el tamaño pequeño, lo he usado ya 4-5 veces y casi no ha disminuido de tamaño, por lo que creo que me va a cundir mucho. Os lo sacaré en un post de productos terminados en cuanto lo acabe y os podré decir con seguridad cuánto me ha durado. Que tengáis un buen día. Muchas gracias por leerme.
Un besito
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